Al llegar, felizmente para los míos y
para mí, a los 80 años, con más de 60 en la lucha social (estudiantil,
magisterial y política), en muy reciente e íntima reunión familiar, mostré a
los hijos y nietos algunas de las tantas enseñanzas que la vida me ha permitido
aprender, después de haber andado (¡y los que faltan!) tantos caminos, fáciles
y difíciles. Quizás a los amigos lectores ciertas enseñanzas aprendidas puedan
serles útiles. Veamos algunas:
- La vida no es la que uno quisiera, sino la que a uno se le presenta.
- Los problemas hay que enfrentarlos y no evadirlos.
- Disfrutar la felicidad posible.
- Aprender de todos y enseñar cuanto se pueda.
- Superarse y no ser fatalista, conformista o derrotista.
- Convertir toda experiencia en útil.
- Hacer las cosas oportuna y eficazmente.
- Hacer los favores como es debido: completos y con espontaneidad, sin divulgación ni pretensión de compensación.
- Servir a los demás es una práctica virtuosa
- De un suceso fuertemente negativo para uno, es una necesidad de salud ejercer “el menos mal que…”
- Serenidad, firmeza y flexibilidad son un triángulo sabio en la vida.
- Luchar siempre contra el miedo, sin caer en extremos.
- Respetar y comprender la libertad, autonomía e independencia de cada uno.
- No estimular en nada el facilismo.
- Armonizar en todo lo individual y lo colectivo, en intereses, motivaciones y necesidades.
- Sin caer en el perfeccionismo, evitar en uno la inversión de valores.
- Decidir con reflexión y no precipitadamente, mucho menos con demasiada carga emocional, de alegría, tristeza o rabia.
- En una disyuntiva entre la relación política y la relación amistosa o familiar debiera privar la segunda, por su profundidad y perennidad.
- La actuación de uno no debiera depender de la de los otros, sino de los valores aprendidos y cultivados.
- No abusar de la confianza que a uno le dan.
- Hay que ser honesto con uno mismo y con los demás, para bien de la conciencia y la satisfacción de los otros.
- La salud uno debiera cuidarla integralmente (física, síquica, espiritual y socialmente)
- Si uno es verdaderamente demócrata debe serlo en todas partes.
¡Y muchas otras tantas cosas que a diario se aprenden!
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